IMPACTO AMBIENTAL

CANTIDADES APROXIMADAS DE CO2 PRODUCIDAS POR UNA PLANTA-TERMOELÉCTRICA DE COMBUSTIÓN INTERNA.

Las plantas termoeléctricas son consideradas fuentes importantes de emisiones atmosféricas y pueden afectar la calidad del aire en el área local o regional. La combustión que ocurre en los proyectos termoeléctricos emite dióxido de sulfuro(SO2), óxidos de nitrógeno (NOx),monóxido de carbono (CO), dióxido de carbono(CO2) y partículas (que pueden contener metales menores). Las cantidades de cada uno dependerán del tipo y el tamaño de la instalación y del tipo y calidad del combustible, y la manera en que se queme. La dispersión y las concentraciones de estas emisiones, a nivel de la tierra, son el resultado de una interacción compleja de las características físicas de la chimenea de la planta, las cualidades físicas y químicas de las emisiones, las condiciones meteorológicas en el sitio, o cerca del mismo durante el tiempo que se requiere para que las emisiones se trasladen desde la chimenea hasta el receptor a nivel de la tierra, las condiciones topográficas del sitio de la planta y las áreas circundantes, y la naturaleza de los receptores. En todo caso, en mayor o menor medida todas ellas emiten a la atmósfera dióxido de carbono, CO2. Según el combustible, y suponiendo un rendimiento del 40% sobre la energía primaria consumida, una central térmica emite aproximadamente: En México el 75% de la electricidad se genera a base de combustibles fósiles utilizados en plantas o centrales termoeléctricas (que producen calor y vapor para mover los generadores), las cuales consumen gas natural, combustóleo y carbón. (Si la central consume carbón, se le denomina carboeléctrica) y "Dual" el cual es un término que se aplica a las plantas que pueden consumir indistintamente dos de estos combustibles. la capacidad instalada que reporta la CFE es de 49,861Megawatts, dividiéndose ésta en diferentes fuentes, las termoeléctricas producen el 44.82%.
Combustible
Emisión de CO2 kg/kWh
Gas Natural
O,44
Fuelóleo
0,71
Biomasa (leña, madera)
0,82
Carbón
1,45








Daños al ecosistema natural.

Las chimeneas de estas Centrales, que por su gran altura se ven a la distancia, emiten continuamente, día y noche, diversos tipos de gases como producto de la combustión de un tipo de carbón bituminoso (sustancias de color negro sólidas o viscosas, dúctiles, que se ablandan por el calor) , conocido internacionalmente como petcoke, su fuente de abastecimiento. Estas emisiones contienen NH3 (amoníaco), NO (óxido de nitrógeno), óxidos de azufre, y sulfuros, óxidos de Azufre, CO2 en enorme cantidad y otros elementos químicos más, todos muy contaminantes. Todos ellos terminan por depositarse, cerca o lejos de las fuentes de emisión, sobre suelos, rocas, mares, salares o pampas, se disuelven (sulfuros) para actuar como ácidos (H2SO3, o H2SO4), o son conducidos, hasta cientos de kilómetros de distancia, a centros poblados, ciudades o quebradas donde se practica la agricultura desde antaño. Varias de estas substancias, al mezclarse con el H2O, contenido en la alta humedad atmosférica costera (camanchaca), se convierten en ácidos como es el caso del ácido sulfuroso, sulfúrico o ácido nitroso. Una vez en el suelo, son absorbidas por los seres vivos, plantas o animales (insectos, reptiles, etc.). Las reacciones químicas que se producen al incorporarse en el organismo vegetal o animal, y sus efectos sobre el metabolismo de los seres vivos, no han sido jamás estudiados en nuestro país. Es un tema virgen de estudio. Pero tales efectos sí han sido bien estudiados en otros países, en especial en sus efectos sobre los bosques de niebla en el hemisferio norte. Allí crean las conocidas "nieblas ácidas", letales para los bosques. Y allí ya se encendió la voz de alerta sobre su peligrosidad.
Las emisiones de CO2 (dióxido de carbono), propias de la combustión, van a incrementar el CO2 ya existente en la atmósfera. Aquí se encuentra el principal causante del "efecto invernadero" en el planeta por la destrucción creciente de la capa de ozono, protectora de nuestra atmósfera terrestre. Es decir, a mayor cantidad de Centrales Termoeléctricas, mayor incremento de CO2 en la atmósfera, y mayor contribución nuestra, como país, al calentamiento global en el Planeta. Mientras la clara tendencia mundial es a ir eliminando paulatinamente este tipo de emisiones, para reducir y frenar el "efecto invernadero", estas Centrales, por el contrario, lo incrementan a diario. Hoy hay proyectadas 36 Centrales de este mismo tipo en las costas de nuestro país, quemando exactamente este mismo tipo de carbón (que a las Empresas les resulta mucho más barato que algún otro combustible menos dañino).
El problema se agrava notablemente cuando consideramos que, una vez obtenido el permiso de instalación y operación, por aprobación de la CONAMA y, posteriormente, de la COREMA, estas Centrales obtienen, por así decirlo, "patente de corso ", o sea, "permiso oficial" para seguir contaminando por decenios y decenios. Una vez aprobadas, seguirán operando con el mismo combustible y con los mismos sistemas. Nadie les obliga a modificar sus plantas, sus equipos o sus filtros, o cambiar el tipo de combustible usado. Es lo que ha ocurrido, por desgracia, en Tocopilla con sus Centrales operando desde hace decenios y acumulando millones de toneladas de cenizas tóxicas, mucho de cuyo material llega al mar, sea por efecto del acarreo por el viento o por efecto de eventuales lluvias. Por eso hay que evitar a toda costa que se instalen, pues una vez en operación, nada ni nadie detiene sus efectos.

El peor de todos los contaminantes: el mercurio (Hg).

Entre los contaminantes normalmente asociados a este tipo de carbones bituminosos, se encuentra el Mercurio (Hg). Su presencia ha sido comprobada en todas las emisiones de Centrales, en todo el mundo. Ahora bien, pocas substancias son tan letales para la vida como el Mercurio. Aunque en muy pequeñas cantidades, este elemento penetra en los tejidos vegetales y en los tejidos humanos y el torrente sanguíneo, provocando daños irreparables en los tejidos y órganos y enfermedades congénitas. Según todos los estudios, todos los carbones bituminosos y sub bituminosos, contienen este elemento letal, sin excepción. 

Dos plantas  de generación  de electricidad han estado generando controversia a lo largo de la frontera México-Americana  desde el inicio de su construcción en Mexicali   en el 2001. Las autoridades mexicanas aprobaron en el 2001 la construcción de dos proyectos termoeléctricos: Termoeléctrica de Mexicali (Sempra), 500 MW y Central Termoeléctrica de Ciclo Combinado "La Rosita" (Intergen), 750 MW. Las plantas están siendo construidas  en la Colonia Progreso, Mexicali, 2.5 km al suroeste de Calexico y están proyectadas para empezar operaciones en el 2003.  A mediados del 2001 se propuso una nueva planta continua a "la Rosita" la cual ya inició su construcción en dos fases, lo cual aumentar su capacidad en un 68 %. Gran parte de la electricidad generada por las termoeléctricas  descritas (por  arriba del 70%) será enviada a surtir el mercado de California, EEUU.
En base a las especificaciones de su construcción y a los impactos de estudio ambiental realizados se sospecha que impactarán con sus descargas al medio ambiente, en relación al aire (partículas, NOx y formación de O3)  agua y residuos sólidos. Por un lado se tiene  la calidad del aire de la cuenca atmosférica compartida, donde se incluye Mexicali y valle Imperial, una región que de antemano no cumple con los requerimientos de calidad del aire de ambos países (La agencia de protección ambiental de los EEUU (USEPA) y varias agencias estatales han declarado que este estado de incumplimiento es en parte debido a la contaminación desde México),   y por el otro el uso del agua,  ya que utilizarán agua residual de las lagunas de oxidación de la colonia Zaragoza para alimentar el sistema de enfriamiento húmedo de la planta, cuando la regla para zonas desérticas es utilizar enfriamiento en seco, lo cual compromete el uso del agua de Mexicali para un potencial reciclaje para los próximos 30 años. En adición a esta situación, estas plantas de generación eléctrica descargarán agua de desecho salada al rio Nuevo, el cual fluye hacia el norte a través de la frontera Americana y descarga en el Mar del Salton, complicando un poco el problema de este último que es de alta salinidad.  En el estudio de impacto ambiental no se tiene una descripción de la composición de los lodos, lo cual complica el definir su impacto en el ambiente, en el proceso de su confinación.

La cuestión es porque del interés en  construir este tipo de plantas de generación eléctrica, cuando gran parte de la energía se exportará a los UUEE. Esto obedece básicamente al hecho de que los permisos de las agencias gubernamentales [SEMARNAT, Comisión Reguladora de Energía (CRE)] son mas fáciles de obtener en México  en cuanto a rigurosidad y tiempo. Asimismo la legislación ambiental en México considerando la descarga en chimeneas por la quema de combustibles  es mucho menos estricta, cuando no inexistente (caso del CO), comparadas con el vecino del norte. También a esto habrá que agregar que estas compañías no se ven obligadas a compensar sus emisiones al ambiente como sería el caso de que se hubieran instalado en valle Imperial, Cal., ya que la legislación ambiental mexicana no contempla aun este concepto, desafortunada mente.  De ahí que se vislumbra  un panorama gris para la zona fronteriza en caso de que no se establezcan reglas claras a nivel bilateral para aquellas plantas por instalarse  (que es el caso de San Luis, Sonora, donde se contempla la construcción de una planta de 2000 MW, para el 2005).  Habrá que evitar que la franja fronteriza del lado Mexicano se convierta en el "paraíso de la contaminación", como ha sido descrito, entre otros, por el "grupo de trabajo de las termoeléctricas", una asociación bilateral interesada en un medio ambiente sustentable  en la frontera común entre EEUU y México. 

1 comentario:

  1. es muy adecuado seleccionar la información, de lo contrario se marean los lectores

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